Rouge de Hermés fue creado en 2.000 por Akiko Kamei, la más misteriosa de las perfumistas pues aparte de su nombre y obras, Parfum d’Hermès en 1.984 o Rouge Hermès Eau Delicate en 2002, desconozco cualquier dato de su biografía.
Rouge es una rosa con ylang-ylang y una gran presencia de resinas y maderas. Es una composición compleja y con muchos matices sin elementos superfluos. No es una rosa barroca, es un poco afrutada y floral, de una frescura contenida ya que la presencia de la mirra perfila, al limite de lo que podría llegar a ser pesadamente opulento sin ella, una impresión de calma, vibrante emoción y llena de sugerente sutilidad.
Es un perfume bastante lineal en el que durante la evaporación no se producen grandes cambios. La rosa damascena está en una proporción alta dentro de la composición por lo que resulta ligeramente aterciopelada con un pequeño toque frutal y dulce, muy sedosa. El ylang-ylang le da suavidad y la hace abrirse, como expandiéndose, y adquirir volumen. Un recuerdo de iris refuerza esta imagen y le añade una sensación ligeramente polvorienta. Muy equilibrado entre lo que tienen de oleoso la rosa y el sándalo sumado a el dulzor cálido y ligero de la mirra más la limpieza ambarina del cedro, componen un perfume que parece ser la obra de madurez de la perfumista.
Si clasificásemos los perfumes comparándolos con los movimientos artísticos de las Bellas Artes este sería un virtuoso ejercicio minimalista en el que cada elemento es menos para ser más. A medida que avanza la evaporación se dulcifica todo un poco por la presencia de la mirra, Rouge resulta equilibrado elegantemente en un conjunto abstracto de especias y cierto dulzor que acentúa la vainilla. Oscuro y amaderado, diferente y desconocido, no es un perfume que destaque por haberse usado masivamente. Tras si deja mucho sillage, usado con continuidad impregna el ambiente. El labdanum redondea las notas resinosas en una evocación al ámbar gris más exquisito. No sé si en la actualidad estamos preparados para el ámbar gris porque lo que consumimos como ámbar gris es en realidad Ambroxan o más aun el Cetalox, que es un olor muy aséptico y suave, a mi modo de ver, sin demasiado caracter en si mismo, sí muy útil para conseguir efectos según con que se combine. De Akiko Kamei se conocen pocas obras, lo cual no quiere decir que no este tras algunas tan notables como Rouge o Le 3eme Homme de Caron.